Recursos Destacados de Justia: Centro de Propiedad Intelectual
¿Sabías que Justia ofrece numerosos recursos gratuitos para hacer la ley más accesible y ayudar a la gente a entender mejor los fundamentos de una variedad de áreas legales? En esta publicación, puedes conocer más sobre la información disponible en el Centro Justia de Propiedad Intelectual.
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Entre los muchos recursos gratuitos que Justia pone a disposición del público se encuentran las Guías Legales de Justia (en inglés) sobre docenas de áreas de práctica diversas. En una serie de publicaciones, seguiremos explicando cómo cada una de estas guías describe las leyes y los procedimientos en un área determinada.
A menudo, los medios de comunicación informan sobre los conflictos de derechos de autor relacionados con canciones pop, programas de televisión, videojuegos y otros temas evidentemente modernos. Pero la ley de derechos de autor tiene una historia mucho más larga de lo que parece. La primera ley de derechos de autor en Estados Unidos se promulgó en este mes (mayo) pero en el año 1790, apenas unos años después de que se adoptara la Constitución. La sección 8, cláusula 8 del artículo I de la Constitución otorga al Congreso la facultad de aprobar leyes para “promover el progreso de la ciencia y las artes útiles, asegurando por tiempo limitado a los autores e inventores el derecho exclusivo sobre sus respectivos escritos y descubrimientos”. La ley de derechos de autor surge de esta disposición.
Los Orígenes de la Ley de Derechos de Autor
El Congreso aprobó la primera ley federal de derechos de autor (en inglés) el 31 de mayo de 1790, proporcionando protección a los libros, mapas y cartas durante 14 años. La ley también permitía un periodo de renovación de 14 años. Dado que la Oficina de Derechos de Autor de EE.UU. aún no se había fundado, el autor debía registrar su obra en el tribunal federal de distrito de su zona. Durante las siguientes décadas, el Congreso amplió la protección de los derechos de autor de diversas maneras. Por ejemplo, las enmiendas a la ley de derechos de autor añadieron como materia protegible las obras dramáticas, las fotografías y otras artes visuales. Una enmienda de 1831 también aumentó el plazo de protección a 28 años.
Como explica el Centro Justia de Propiedad Intelectual (en inglés), la propiedad de los derechos de autor (en inglés) proporciona un conjunto de derechos exclusivos. Dos de estos derechos son el derecho a crear obras derivadas y el derecho de ejecución pública. El derecho derivado no existía en las primeras versiones de la ley federal de derechos de autor, sino que se añadió en la segunda mitad del siglo XIX, cuando también se añadieron los derechos de ejecución pública para las obras dramáticas y las composiciones musicales. Hacia finales de ese siglo, el Congreso trasladó el registro de los derechos de autor (en inglés) de los tribunales de distrito a la Biblioteca del Congreso y luego a la Oficina de Derechos de Autor. El registro de los derechos de autor es esencial si el propietario pretende hacer valer sus derechos en una demanda por infracción de derechos de autor (en inglés) ante un tribunal federal.
Infracción de los Derechos de Autor
A medida que la protección se ha ampliado y la tecnología ha evolucionado, la ley que rige la aplicación de los derechos de autor (en inglés) se ha vuelto más compleja. Por ejemplo, los tribunales han determinado que puede haber una infracción secundaria (en inglés) cuando un tercero distinto del infractor directo permite o apoya la infracción. La teoría de la infracción secundaria puede permitir a un demandante recuperar los daños (en inglés) de un demandado con bolsillos más profundos que el infractor directo. Sin embargo, la Ley de Derechos de Autor Digital del Milenio proporciona (en inglés) cierta protección para los proveedores de servicios en línea que podrían albergar inadvertidamente una obra infractora.
Una de las principales defensas contra la infracción es el uso legítimo (en inglés), que puede permitir a un acusado evitar la responsabilidad si puede demostrar que hay cuatro factores que pesan a su favor. Estos son el propósito y el carácter del uso, la naturaleza de la obra protegida por derechos de autor, la cantidad y la importancia del componente copiado en relación con la obra en su conjunto, y el efecto del uso en el mercado potencial de la obra protegida por derechos de autor. Los tribunales tienen gran discreción a la hora de aplicar estos factores.
En ocasiones, los infractores pueden enfrentarse a un proceso penal (en inglés) si sus acciones fueron intencionadas. Es especialmente probable que un fiscal presente cargos si la responsabilidad en una demanda civil no disuadió al acusado de seguir infringiendo. Una condena puede conllevar años de prisión y multas cuantiosas.
Otros Temas en el Centro Justia de Propiedad Intelectual
Además de los derechos de autor, las otras formas principales de propiedad intelectual son las patentes, las marcas y los secretos comerciales. El Centro Justia de Propiedad Intelectual también analiza estos ámbitos en detalle. Entre otras cuestiones, la sección de patentes (en inglés) describe los requisitos (en inglés) que debe cumplir una invención para poder optar a esta forma de protección. Una solicitud de patente (en inglés) sólo tendrá éxito si la invención entra en el ámbito de la materia patentable y es novedosa, útil (en inglés) y no obvia (en inglés). Si se concede la patente, el titular puede hacer valer sus derechos (en inglés) mediante una demanda por infracción de patente (en inglés). Los principales tipos de daños (en inglés) y perjuicios en estos casos son las regalías razonables y el lucro cesante. A veces, el titular de una patente también puede obtener una orden judicial (en inglés) u otro recurso no monetario.
Las marcas comerciales (en inglés) ayudan a distinguir el origen de los productos o servicios. El carácter distintivo de una marca afecta su fuerza (en inglés) y el grado de protección que obtiene. Por ejemplo, una marca descriptiva (en inglés) no obtiene protección a menos que adquiera un significado secundario. Los términos genéricos (en inglés) no pueden ser objeto de protección de marca. Aunque la mayoría de la gente piensa que las marcas son palabras, frases o símbolos, la imagen y percepción de un producto o servicio puede ser una imagen comercial (en inglés) protegible si identifica y distingue la fuente. El titular de una marca puede hacer valer sus derechos (en inglés) demostrando la probabilidad de confusión del consumidor en una demanda por infracción de marca (en inglés). En otros casos, el titular de una marca famosa puede presentar una reclamación por dilución de la marca (en inglés) si otra persona utiliza una marca similar de manera que perjudique la percepción del consumidor de la marca famosa.
Aunque no están registrados de la misma manera como otras formas de propiedad intelectual, los secretos comerciales (en inglés) pueden ser vitales para el éxito de una empresa. Para proteger los derechos sobre un secreto comercial, su propietario debe hacer esfuerzos razonables para preservar su secreto. Suelen hacer valer sus derechos (en inglés) interponiendo una demanda por apropiación indebida (en inglés) contra quien adquirió o divulgó indebidamente la información. Entre los ámbitos en los que pueden surgir estas disputas se encuentran los acuerdos de no divulgación (en inglés) o acuerdos de confidencialidad (en inglés) firmados por aquellos a los que se debe revelar y conservar el secreto, así como los acuerdos de no competencia (en inglés) que afectan a un empleado después de dejar la empresa.
Reflexiones Finales
El Centro Justia de Propiedad Intelectual ofrece una fuente legible para que la gente común entienda las cuestiones clave en esta área de la ley. Una persona que crea que puede tener derechos exigibles o que esté preocupada por una infracción puede querer consultar a un abogado de propiedad intelectual (en inglés) antes de decidir sus próximos pasos. Sin embargo, obtener una comprensión básica de los principios que pueden aplicarse puede servir como un punto de partida útil. Al igual que el resto de las Guías Legales de Justia, el Centro Justia de Propiedad Intelectual hace que la ley sea transparente y accesible para todos.
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