La salud y la seguridad de un niño son prioritarias para cualquier padre. Pero no siempre es fácil proteger a tu hijo o saber qué hacer cuando algo va mal. El nuevo Centro Justia de Seguridad Infantil ofrece orientación a los padres.
La mayoría de los padres dedican mucho tiempo, energía y dinero para mantener a sus hijos lo más seguros posible. Los niños son curiosos por naturaleza y es posible que no comprendan todos los riesgos de su entorno. Por otra parte, los adultos u otros niños pueden dañar a un niño a través de un comportamiento descuidado o una mala acción intencional. En Justia, comprendemos la inmensa responsabilidad que implica criar a un niño. Recientemente hemos añadido un centro de Seguridad Infantil (en inglés) a nuestras Guías Legales de Justia que cubre los riesgos a los que se pueden enfrentar los niños en una variedad de entornos. Estos van desde el hogar familiar y la escuela del niño hasta los coches en los que viajan y sus actividades en Internet.
Además de explicar algunas de las precauciones que los padres pueden tener en cuenta, el Centro de Seguridad Infantil expone las reclamaciones legales que los padres pueden interponer contra las personas o empresas que hayan perjudicado a sus hijos. Suelen corresponder al ámbito del derecho de daños personales. Si la demanda prospera, los padres pueden obtener una indemnización por gastos como el tratamiento médico del niño, y el dolor y sufrimiento sufridos.
Seguridad en el Hogar
Irónicamente, el lugar más habitual en el que los niños se hacen daño es aquel en el que los padres creen que estarán más seguros: el hogar (en inglés). Los padres pueden querer poner su casa a prueba de niños (en inglés) para hacerla más segura para un niño pequeño. Esto podría implicar la instalación de dispositivos de seguridad en las ventanas (en inglés) para evitar caídas y el anclaje de los muebles (en inglés) para evitar que caigan sobre un niño. Los padres que tengan alberca (en inglés) en casa deben poner una valla alrededor de la misma. Si viven en un edificio antiguo, deben estar atentos a los signos de exposición al plomo (en inglés), que es especialmente peligroso para los niños. Los padres deben asegurar las armas de fuego (en inglés) para impedir que los niños tengan acceso a ellas. Deben prestar atención a las advertencias de seguridad de los juguetes (en inglés) u otros productos infantiles.
Aunque los padres tomen todas las precauciones razonables, un niño puede sufrir lesiones si un producto infantil u otro artículo era defectuoso. En ese caso, los padres pueden demandar al fabricante del producto o a cualquier empresa de la cadena de distribución. Estas demandas suelen basarse en la teoría de la responsabilidad objetiva, que puede facilitar la determinación de la culpa más que en una demanda estándar por lesiones personales.
En otros casos, un niño puede haber resultado herido porque alguien instaló incorrectamente un equipo o realizó un mantenimiento inadecuado de la vivienda. Por ejemplo, un propietario puede no haber tenido en cuenta el riesgo de exposición al monóxido de carbono (en inglés), o un cableado defectuoso puede haber causado una descarga eléctrica (en inglés). Cuando esto ocurre, los padres pueden responsabilizar al demandado demostrando su negligencia. Esto significa que su falta de cuidado razonable perjudicó al niño.
Seguridad en la Escuela
Los padres tienen derecho a esperar que la escuela de sus hijos tome precauciones razonables para mantenerlos a salvo. Desgraciadamente, se producen lesiones con demasiada frecuencia por resbalones y caídas en instalaciones peligrosas (en inglés) de las escuelas o por equipos defectuosos (en inglés) proporcionados por la escuela. Los padres pueden demandar a la escuela (en inglés) por resbalones y caídas, mientras que pueden demandar al fabricante (y posiblemente también a la escuela) por lesiones causadas por equipos defectuosos. Si un niño se lesiona en un viaje escolar (en inglés), los padres pueden presentar una demanda contra la empresa que administra la propiedad donde se realizó la excursión. Aunque los autobuses escolares (en inglés) suelen ser seguros, si llegara a haber un accidente, los padres pueden presentar demandas contra el conductor del autobús y su empleador, entre otros demandados.
Algunas lesiones en el entorno escolar involucran violencia (en inglés) u otras formas de mala conducta intencionada. Por ejemplo, el acoso escolar (en inglés) se ha convertido en un problema generalizado en muchas escuelas. Cuando otro alumno acosa a su hijo, los padres pueden demandar a la escuela si esta no respondió a las quejas de acoso o toleró tácitamente el comportamiento. Si un profesor u otro empleado de la escuela intimida a su hijo, los padres pueden presentar demandas tanto contra el empleado como contra la escuela. Sin embargo, demandar a un colegio público puede ser complicado, ya que las leyes suelen limitar las demandas que pueden presentarse contra ellos.
Seguridad del Vehículo
Cualquiera puede sufrir lesiones graves en un accidente de tránsito (en inglés), pero los niños pueden correr mayores riesgos que los adultos porque sus cuerpos aún están en desarrollo. Por otra parte, los adolescentes (en inglés) tienden a conducir de forma menos segura que los conductores adultos, ya que tienen menos experiencia y son más propensos a las distracciones. Los padres pueden demandar a cualquiera que haya tenido la culpa de las lesiones de su hijo en un accidente de coche, ya sea un amigo adolescente, el conductor de otro vehículo o el fabricante de un asiento para niños (en inglés) defectuoso o de piezas de automóvil defectuosas.
En algunos accidentes están involucrados vehículos distintos a los coches. Por ejemplo, los niños suelen montar en bicicleta (en inglés) para divertirse y hacer ejercicio. Un conductor distraído puede no ver el pequeño perfil de una bicicleta, y la falta de protección estructural aumenta el riesgo de lesiones. Una salida al agua plantea el riesgo de un accidente de navegación (en inglés) cuando alguien opera una embarcación de forma descuidada, o cuando una embarcación es defectuosa.
Seguridad en Internet
Los padres suelen tener problemas para seguir las actividades de sus hijos cuando estos se aventuran en Internet (en inglés). Es posible que quieran vigilar el uso de las redes sociales (en inglés) por parte de los niños y el tiempo que pasan jugando a videojuegos (en inglés) para evitar los posibles riesgos para la salud que pueden causar estas actividades. Los padres también podrían querer hablar con un adolescente sobre el sexting (en inglés), que consiste en que los niños transmiten fotos o videos sexualmente explícitos. Esto a veces puede dar lugar a cargos penales, incluso si fue consensual.
Las leyes federales protegen la privacidad en Internet (en inglés) de los niños, que son un blanco atractivo para los estafadores que cometen robos de identidad (en inglés) porque los niños no tienen historial crediticio y el robo puede pasar desapercibido durante más tiempo. Adultos sin escrúpulos, como los depredadores sexuales (en inglés), pueden aprovecharse de un niño navegando en Internet, o este puede sufrir ciberacoso (en inglés) por parte de compañeros o desconocidos. Aunque el fiscal no presente cargos contra el autor, los padres pueden interponer una demanda civil. El menor nivel de exigencia probatoria en los casos civiles hace más fácil establecer la responsabilidad.
Reflexiones Finales
Los padres de un niño lesionado podrían tener importantes derechos legales. Ellos no deberían dudar en hacerlos valer. Los padres podrían consultar a un abogado especializado en lesiones personales (en inglés), que puede asesorarlos sobre si tienen derecho a reclamar, a quién pueden demandar y la indemnización que podrían recibir. Mientras tanto, el Centro Justia de Seguridad Infantil ofrece un resumen básico de las cuestiones que los padres pueden querer saber. Su objetivo es que la ley sea transparente y accesible para todos.
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